jueves, noviembre 21, 2024
Arte y Cultura

¿Necesitamos espacios para compartir el arte?

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A primera vista esta pregunta puede parecer un poco ambigua, ya que existen recintos insignia del arte y la cultura, recintos como los teatros, los museos, los sitios arqueológicos, edificios, monumentos, entre otros que son indispensables visitar durante cualquier viaje.

Se espera que al recorrer estos recintos puramente culturales nos den una muestra no sólo de lo que conforma el lugar que visitamos, los cimientos de su origen y de la cultura desarrollada, sino también, nos de un acercamiento y una explicación de lo que es lo humano.

Justamente, para eso sirve el arte, para entrar a nuestras entrañas como especie, y con base a ello, brindar explicaciones bajo premisas estéticas, las cuales nos ayuden a comprender ¿Qué es lo que somos? ¿Qué es lo que hacemos? E incluso, ¿Cómo seremos en un futuro? Gracias a los artistas más vanguardistas; además la cultura tiene diversas herramientas las cuales difunden dichas ideas entre la sociedad.

Por eso el arte y la cultura tienen una importancia vital en el surgimiento de pueblos, etnias, e incluso la formación de naciones y estados, ya que muchos de estos elementos funcionan como bases fundacionales e identitarias, bajo las cuales un grupo social decide unirse y conformar un grupo mayor.

¿Pero en realidad los museos, los sitios arqueológicos, los teatros, etc. son los lugares por excelencia para compartir el arte y el pensamiento?

A raíz de dos libros que recientemente he tenido el gusto de leer, la novela del escritor argentino Roberto Arlt “Los siete locos” publicada en 1929 y el clásico “El hombre sin atributos” escrito por el novelista austriaco Robert Musil, publicado en 1933, me surgió la pregunta sobre si ¿Son únicos los espacios que tenemos para compartir el arte?

Ambos autores exploran la sociedad de sus tiempos, una sociedad que pareciera ser sumamente avanzada, con obras artísticas y científicas que facilitan su vida y la hacen más razonable; pero en ambas impera un ánimo de descontento, con una pérdida de fe por el cómo se está llevando su sociedad, una carencia de valores y falta de creencias dentro del grupo social.

En ambas novelas a su manera, se plantea la fundación de sociedades secretas, donde los integrantes discuten los problemas más importantes como la moral, los valores, el rumbo de los países donde surgen y sobre todo, establecer una nueva forma de vida alternativa, donde se combate el descontento generalizado.

Ya sea en la sociedad secreta de Arlt, o La acción paralela de Musil, se plantea la importancia de compartir conocimientos, experiencias, talentos artísticos, razonamientos científicos e ideas políticas y económicas, con el fin de crear una alternativa, una posibilidad de reformulación de los valores básicos e inclusive una revolución social.

A su manera, más o menos reprobable o plausible, ambos grupos pactan, socializan, discuten, pero sobre todo comparten, lo que para su gusto es el núcleo del arte y la cultura.

Podemos viajar y conocer las grandes obras, los museos, los poemas, los edificios, las pinturas, las esculturas, la gastronomía, etc., todo aquello lo cual parece ser la cultura de los lugares que visitamos, pero en realidad, no la comprenderemos hasta que en nos asociemos con los habitantes del lugar.

Así que, la próxima vez que visites un sitio turístico, acude a esos espacios emblemáticos los cuales no te puedes perder, pero no olvides la oportunidad de conversar con las personas, así aprenderás más que visitando cualquier tipo de recinto.